miércoles, 1 de octubre de 2008

Una economía verticalista (cómo administrar sus rodillas)


Algunos accidentes ocurren de las formas más insólitas. Ya conocemos esta idea de la televisión y de las leyendas urbanas, pero he aquí, un caso de la propia experiencia.

Si alguna vez escucharon sobre la "gimnasia artística" o tuvieron que aprobar educación física como materia, sabrán lo que es la "vertical". Ahora que puedo ahorrarme el esfuerzo de explicarla, prosigo. Hasta el jueves pasado, jamás me había salido esta posición: no tengo flexibilidad ni espíritu deportivo como para siquiera intentarlo. De todas formas, hace una semana pude hacerlo, el problema fue que tuve un aterrizaje abrupto. Sin flaquear ni dejar de extender mis brazos llevé mis piernas desde lo alto hasta mi cara, llegando así a impactar mis rodillas contra mis ojos. Luego de caerme al piso del dolor, pasados el mareo y confusión iniciales, fui a lavar mi cara. Hasta ahí todo bien. Tenía un ojo colorado y molestaba bastante, pero todo parecía funcionar de manera normal. La situación cambió cuando soné mi nariz, y sentí que mi ojo se inflaba. -Paranoia mía- pensé, pero repetí la operación para pedir segundas opiniones. Según los testigos presentes, literalmente mi ojo se infló al sonar mi nariz. Y mierda qué dolió.
Algunos médicos más tarde el diagnóstico resultó en el siguiente:
Fractura del hueso paranasal del lóbulo izquierdo.
Tratamiento: no te suenes la nariz por 15 días, dormí semi sentada y tomáantibióticos.- Vale aclarar que sufro de rinitis alérgica y estamos en cambio de estación.
Lo único de bueno de esto es que me contrataron para Piratas del Caribe IV y para un film independiente llamado "Rodilla, historia de una fractura idiota", próximo a estrenarse en los cines de Mar de Ajó.

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