Mientras algunos se debaten desde la instrospección sobre el sentido de sus vidas, se encuentran por otro lado individuos que se plantean una serie de cuestionamientos rayanos en el absurdo. Conocí a un hombre de más de 45 años que dudaba entre mudarse ó comprarle una nueva tapa a su inodoro.
¿Quién da más?
domingo, 8 de febrero de 2009
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